La Trecena

Con este término se entiende, ante todo, los trece días de preparación a la fiesta de san Antonio que tiene lugar el 13 de junio. La Trecena se repite todavía hoy en la Basílica y en otros santuarios antonianos e iglesias franciscanas, como también en forma privada en tantas familias. Pero con la misma palabra se entiende también una oración compuesta de trece invocaciones que recorren los aspectos más significativos de la vida y de la santidad de Antonio.

El pan de San Antonio

En algunas iglesias franciscanas o de alguna manera particularmente relacionadas con san Antonio, el día de su fiesta (13 de junio) se acostumbra a bendecir pequeños panecitos, que después son distribuidos a los fieles y consumidos por devoción.

Ciertamente, tal devoción deriva de la iniciativa del “pan de los pobres” que en el pasado era muy viva y difundida en las iglesias.

Todo cuanto ellos hacen no es más que la continuación del agradecimiento al Santo tan pródigo de consejos, ayuda y gracias. Es suficiente recordar el conmovedor episodio de milagro de Tomasito y de aquella, su joven madre que, obtenida la curación del hijo por intercesión del Santo, decide ofrecer al convento por un cierto tiempo, tanto pan cuanto pesaba el niño, para que los frailes lo dieran a las madres pobres.