Con el paso de los siglos, por distintos motivos, la tumba ha sido abierta y sus reliquias trasladadas en tres ocasiones:
El más importante reconocimiento y traslación ocurrió el 8 de abril de 1263, cuando el cuerpo fue trasladado a la Basílica terminada, que había sido construida en su honor. Buenaventura de Bañoregio, entonces ministro general de los franciscanos y luego también él santo, presidió la ceremonia.
Al examinar los restos mortales, antes de colocarlos en una nueva caja de madera, se dio cuenta de que la lengua del Santo permanecía incorrupta. Ante tal descubrimiento, Buenaventura exclamó: “Oh lengua bendita, que siempre has bendecido al Señor y has hecho que otros lo bendigan, ahora queda manifiesto cuántos méritos has adquirido ante Dios”
Otra traslación segura ocurre el 14 de junio de 1310, cuando las sagradas reliquias fueron solemnemente transportadas a la nueva capilla dedicada al Santo en la extremidad izquierda del crucero de la Basílica.
El 14 de febrero de 1350, el cardenal Guido de Boulogne viene a Padua para cumplir una promesa al Santo (había sido sanado de la peste negra) y para donar un precioso relicario en el que fue puesta la mandíbula del Santo.
El 6 de enero de 1981 se inició una importante investigación sobre los restos del Santo, en ocasión del 750 aniversario de la muerte de san Antonio. Una comisión religiosa y una comisión técnico-científica, entrambas nominadas por la Santa Sede, cuidaron la apertura de la tumba y examinaron todo lo que allí encontraron. Removida la lápida lateral de mármol verde, se encontró una caja grande de madera de abeto, envuelta en telas preciadas.
Esta contenía otra caja más pequeña de madera, dentro de la cual, en diversos paquetes envueltos en telas preciosas y colocados en tres compartimientos con sus respectivos escritos había:
– el esqueleto, con la excepción del mentón, del antebrazo izquierdo y de otras partes menores (conservadas por siglos en otros relicarios particulares),
– el hábito
– la “massa corporis”, o sea, las cenizas, en las que fueron individuadas las frágiles partes del aparato vocal del Santo, como para confirmar el prodigio de la lengua incorrupta.
Los restos de san Antonio fueron recompuestos en una urna de cristal y expuestos, desde la tarde del 31 de enero a la tarde del 1 de marzo de 1981 (un total de 29 días) a la veneración de los devotos que acudieron en multitudes impresionantes: más de 650.000 personas.
Terminada la exposición, la urna de cristal fue encerrada en una caja de roble y recolocada en la secular tumba-altar de la capilla dedicada a san Antonio.
Algunos de los hallazgos, en particular el hábito y las reliquias del aparato vocal de san Antonio, están hasta hoy expuestos en la Capilla de las Reliquias.
Finalmente, en febrero de 2010, durante seis días, los fieles pudieron venerar los despojos mortales de san Antonio, expuestos en la Capilla de las Reliquias de la Basílica del Santo, antes de que regresaran a la Capilla del Arca una vez terminada la restauración iniciada en 2008.
Resultado: alrededor de 200.000 peregrinos llegados a la Basílica y 150.000 oraciones dejadas sobre la tumba, confirman una vez más, si hubiese necesidad, el amor de la gente por nuestro querido Santo.